domingo, 2 de junio de 2013

Viaje

Aquella noche perdí la cabeza y ella echó a volar. Se escondió entre las nubes y me dejó sentado viéndola marchar. Tardé años en levantarme sin caerme al empezar. En limpiar mis lágrimas y volver a soñar. Marqué un árbol con una sonrisa y llegué al mar. Entonces el aire me llevó más allá. Una tortuga me enseñó a andar. La arena de la playa me invitó a ser un grano más. Las palmeras me vistieron con sus cortezas.  Un halcón me enseñó a mirar y desconfiar.  Las nubes me recordaron qué es llorar. El sol me recordó que tenía que descansar.  La Luna me dijo que había terminado de soñar. 

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