La verdad, no se por qué no lo había publicado antes, aunque creo que tiene bastantes fallos debido a su extensión y a que es muy espeso, pero ahí va:
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Sientes que todo va a explotar. Sientes que no aguantas más. Un oscuro torbellino, mar de dudas e incertidumbre, tristeza y pesar, llanto y sensación de soledad. Dolor, recuerdos, y un tedioso esperar. Desear que el tiempo pase, que llegue un día que casi con total seguridad en tu fuero interno sabes que nunca llegará. Si, así es la cara oculta del amor. De la que no se habla en las canciones ni en los poemas, en la televisión o en la calle. No se habla de la injusticia provocada por la falta y a la vez exceso de amor entre personas. De algunas personas.
Cuando la vida te castiga y te hace perder lo que más quieres, lo niegas, no lo crees y esperas un cambio. Y finalmente, si eres fuerte, lo aceptas y superas. Sólo si tienes la fuerza.
"Entonces, ¿yo soy débil?" La respuesta es NO. Todos somos fuertes, el problema es que has de saber encontrar esa fuerza. Tal vez no has hallado en tu vida aquello que despierta una voz dentro tuya y que te hace olvidar todos los problemas, que te hace darte cuenta de que eres lo más importante y que tú y sólo tú tienes el control sobre tu vida.
No hablo de otra persona que te haga sentir especial. La primera persona que ha de hacerte sentir especial eres tú mismo. Ahí está la verdadera fuerza. ¿En mi caso? Es muy simple, la música, la lectura. Mi capacidad de escapar de ésta realidad e imaginarme en otra. Todo ello me hace pensar que mientras tenga mi imaginación, nada en este mundo me podrá parar. Nada podrá con mi voluntad, aunque a veces flaquee, siempre volverá a resurgir.
Soy consciente de mi humanidad, soy consciente de mi vulnerabilidad, forman parte de mi condición humana. Pero necesito aprender, necesito saber, dominar primero la razón para luego dominar los sentimientos.
La vida te enviará continuamente pruebas que desencadenaran, con sus resultados, otras todavía más duras. Esos resultados no son algo que deba afectarte, puesto que no depende de ti lo que la vida elija darte. Por contra, depende de ti saber aceptarlos y no acongojarte, pues, como bien dijo Epicteto: "Acusar a los otros por nuestros fracasos es de ignorantes; no acusar más que a sí mismo es de hombres que comienzan a instruirse; y no acusar ni a sí mismo ni a los otros, es de un hombre ya instruido"
Volviendo a lo anterior, no puedes pretender vivir sin tu propia fuerza interna. El Mal te rodea en este mundo, y muchas personas lo representan. Has de saber diferenciarlas y vencerlas. Complementa tu fuerza con alguien especial. Y si ese alguien te da la espalda, dásela tu a él, pues no merecerá su puesto de especial. Es de sabios saber perdonar, pero hasta los sabios pueden parecer los más tontos si no se dejan aconsejar.
El desamor es un mal, no se puede negar, pero el amor platónico es todavía peor mal, es, como comenzaba la narración, la cara oculta del amor.
Cuando no todo es perfecto, nada es como debiera, incluso cuando nada es, en todo el sentido del verbo ser, aparece un serio dilema. Como en todo conflicto, siempre hay una parte beneficiada y otra perjudicada. De los implicados depende el grado, tanto de uno como de lo otro. El beneficiado, en estos casos, tiene una astilla clavada en su corazón, una laceración que sabe que puede curar, pero que prefiere no tratar. Éste suele ser el más débil de los afectados, ya que en su mente sólo habita el miedo. Miedo en su estado más puro. Inseguridad total en sí mismo. Acusa a los demás de su problema, no cree ser capaz de avanzar y tener una vida, y, cual coleccionista, prefiere guardar lo que ya ha conseguido en un pequeño cajón, ya que no puede dejarlo ir. Sabe que es algo muy valioso, sabe que ha tenido muchísima suerte al encontrarlo, y a pesar de eso, no lo quiere usar. Piensa: "Ha venido a mí, sufrirá más si se va que escondido en mi cajón. Mientras tanto, buscaré más, aprovecharé el tiempo, y, si no consiguiese uno mejor, siempre tendré éste en mi pequeño cajón, esperándome". Lamentable.
El objeto en el cajón, es el amor de otra persona. Es frío tratarlo como tal, pero es un símil acertado para lo que algunas personas intentan hacerle a otras.
Descrito pues el beneficiado, pasaré al perjudicado. Pues vaya, pensarás, si éste era el que saca la parte buena, ¿qué le espera al otro?
La respuesta es sencilla. Las primeras líneas de este texto.
Personas, de las que en este mundo todavía quedan algunas, que son pura bondad, alegría, cariñosas y amorosas. Personas a las que realmente dedico este escrito.Personas que, contra todo pronóstico e involuntariamente ( ya que el cerebro elije él mismo de quien quiere enamorarse, complicado proceso químico que colapsa todos los sentidos ) a veces se enamoran de la persona equivocada. Realmente, está mal decir esto. Parece como si tuviera potestad sobre la opinión de los demás y pudiera decidir de quien deben enamorarse o no, cual es su tipo de persona ideal y cual no. No es este tipo de equivocación. Para el enamorado, la persona será perfecta. Incluso puede serlo. Pero el ser humano es impredecible y de repente puede cambiar. De repente, puede iniciarse el conflicto del que empezamos a hablar hace ya unos párrafos atrás. Hasta aquí, he descrito al beneficiado del conflicto y el perfil psicológico del perjudicado. No es bueno generalizar, pero es muy frecuente ver exactamente este caso en dos personas como las descritas.
El perjudicado, o su amor, es el objeto olvidado en el cajón. Encerrado en su celda de amor, cegado por la oscuridad del cajón donde lo único que ve es a la persona que la guarda cuando ésta se acerca a comprobar que sigue ahí, que no ha encontrado un resquicio por donde escapar. Sentirá en su ser todo lo ya dicho más arriba, pero no le importará. El amor es así de maquiavélico. Su guardián es su vida, su voz y sonrisa su consuelo, pues mientras no esté del todo solo, y lo tenga a él cerca, el sufrimiento habrá merecido la pena.
Pero, aunque suene cruel, el sufrimiento desmedido nunca merece la pena. No se puede obtener algo sin dar nada a cambio, pero por desgracia no hay una ley de intercambio equivalente. Hay demasiadas excepciones para considerarlo una regla. No puedes debilitarte, no puedes perder lo que te define. He dicho que por regla general son gente bondadosa, alegre, etc. No puedes volverte una persona reservada, triste, melancólica. Nadie merece cambiar virtudes por defectos. El amor baja las defensas, debilita esa fuerza que todos poseen y que, si no eres rápido, rápidamente vuelve a lo más hondo. De ti depende volverla a hallar. Es difícil, dentro de ese oscuro cajón. Pero por suerte, aunque al principio es muy posible que por ti mismo no puedas salir, si hay algo que se puede colar dentro, que te puede ayudar, algo con lo que junto a él y en gran parte, junto a tu valor y seguridad en ti mismo, puede crear un agujero por el que escapar. Ese algo es la amistad.
Juntos, podréis. Será muy difícil, primero has de concienciarte de querer salir, de que ahí fuera todavía hay un mundo de luz, repleto de gente que con seguridad preferirá tenerte con él, en lugar de guardarte como a un objeto. Después has de elegir. Es lo más complicado en la vida de las personas, ¿no? Podemos elegir. Se nos plantean problemas y elegimos lo que creemos más conveniente, y alguien seguro de sí mismo elije sin arrepentimientos, sin mirar atrás.
No ha de ser rápido, al contrario, es comprensible que sea duro al principio. Una vez te hayas decidido, saca la cabeza y mira alrededor. Poco a poco, ves saliendo cada vez más, hasta que por fin, un día, todo tu valor y toda tu fuerza estén a flor de piel, hasta que hayas tenido la determinación de salir de verdad. De vivir una nueva vida. De no esperar por nada ni por nadie, pues el tiempo pasa, y cada segundo que sigues en ese cajón es un segundo que te pierdes. Tal vez sientas arrepentimiento, miedo de una vida fuera del cajón, pues el mundo es grande y lleno de misterios. Voluntad. Que lo sea todo para ti. Ten presente en todo momento por qué lo hiciste. Por quien lo hiciste. Pero sobre todo, ten presente que lo hiciste.
La voluntad no nace de la nada, sino que sigue una jerarquía. Primero aparece el anhelo de aquello que queremos, luego surge la determinación, la visualización del objetivo claramente. Más tarde viene el momento de la acción. Cuando llevamos a cabo lo necesario para lograr nuestros objetivos. Todo ello conforman la voluntad. Y una voluntad firme es el pilar mas importante en una persona.
Lo hiciste. No mires atrás, no te hará falta puesto que el pasado vendrá a por ti. Te perseguirá e intentará que de nuevo, bajes las defensas. No lo hagas. Apóyate en quienes te ayudaron a salir, en quienes para ti abrieron esa pequeña obertura que te dio la libertad. No te dejes persuadir, no había otra solución. Quien a alguien quiere, lo quiere en sus brazos y no en un frío cajón. Ocurrida una vez, ocurrirán cien más. Engaños, mentiras, y sobre todo, el deseo de hacer sentir culpabilidad. Recuerda que vive sumido en el pavor, el pánico, que si su seguro de vida se pierde, no le queda nada. No tendrá a quien recurrir llegada su hora, no tendrá a quien amar cuando se dé cuenta de que nadie más lo amarará como lo amaste. Y entonces desesperará.
Lo hecho, hecho está. No mires atrás. Has tomado la determinación de vivir. Vive, y busca solo la felicidad, no esperes que ella venga a buscarte. Pues no lo hará.