viernes, 31 de diciembre de 2010

Hierba mojada.


Triste día gris, húmedo, frío. Tumbado sobre la hierba, la lluvia sobre mi rostro. Miro al cielo sin pensar. Tan solo siento. Siento el viento meciendo los árboles con fuerza a mi alrededor. Silbando entre sus ramas y estrellándose contra mis oídos. Como un rugido, como un grito cargado de ira y energía. Las pequeñas gotas de agua me golpean con fuerza.  Cada una de ellas, por separado, resultan risibles. Todas juntas pueden producirme dolor ,al igual que las hormigas, las cuales recorren mi cuerpo que se interpone en el camino hacía su guarida, hacia su hogar, como si yo no existiese. Como si fuese parte del paisaje.  Un relámpago recorre el cielo. Violáceo, veloz, con sus centenares de ramificaciones, llena el paisaje ante mis ojos.  Miles de voltios, la propia muerte para algún pobre árbol, para algún desdichado en mal lugar, todo ello delante de mí. Me ciega. Daña mis ojos. Dura sólo una fracción de segundo, tan poco tiempo para algo tan espectacular. Acontece el trueno.  Un escalofrío.  Un sonido que me llena de pavor. Una explosión tan brutal, tan llena de energía que no puedes más que darte cuenta de que, la naturaleza, en todo su auge, está ahí, viva, entre nosotros, y no se la puede detener.  Las nubes, enormes, tan oscuras y cargadas de agua, de vida, pasan rápido ante mis ojos. Un pequeño pajarillo entona su canto. Un tenue rayo de luz se filtra entre las nubes, ahora más débiles, dando paso al arcoíris. Un precioso arcoíris, fruto, una vez más, de la naturaleza en su esplendor, que nos muestra que tras la ira, el dolor y el sufrimiento, aún queda luz, esperanza y alegría. Más pájaros se unen tímidamente al canto del primero. La tormenta amaina. Las últimas gotas me sacan de mi ensoñación. Me incorporo y miro en derredor. Las hormigas salen de nuevo a recibir al sol. Los caracoles, salen, nunca sabré de donde, mezclados con las hojas mojadas de las plantas. Todo a mi alrededor se llena de vida. De luz. Empapado, me levanto y echo a andar. El olor de la tierra mojada me reconforta, me llena de vida. Es hora de volver al camino. La tormenta ha acabado, es hora de volver a empezar, terminar de descansar.


Dedicado a la mayor amante de la naturaleza que conozco, Gemm :)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Vida revuelta.


Sólo ha sido una semana, pero podría decirse que una de las semanas más largas de mi vida. Han pasado tantas cosas... ha cambiado tanto en tan poco tiempo... Pero aquí estoy, una vez más, plasmando mis ideas sobre el papel.  He vivido emociones tan intensas que podrían parar un corazón. Se han cambiado planes, he revivido un tipo de vida que creía olvidada y acabada y me he enfrentado al mal más grande de todos. La muerte. La he visto con mis propios ojos, he visto como acontecía, cómo llegaba y se iba.  Puedo decir que de ello me he enriquecido muchísimo. Aunque ha sido un suceso muy triste y que me ha afectado emocionalmente, era algo que necesitaba ver con mis ojos para completarme como persona. Era lo que me faltaba, en mi opinión, por ver.  He sabido mantenerme sereno. Enfrentarme al hecho y plantarle cara. Ya la había visto anteriormente, pero solo la vi irse. No era suficiente.  Mis "nuevos"( y lo digo entre comillas porque siempre han estado ahí, pero invisibles ante mis ojos vendados ) principios, mi nueva perspectiva de la vida y del funcionamiento del mundo descubierta a lo largo de este año me ha permitido ver todo desde un punto de vista objetivo. "Hacerse más fuerte para poder proteger a los que me importan"  es uno de los pilares de mi existencia, y no se refiere solamente al físico, sino también al ámbito psicológico. Sabía a lo que me enfrentaba, sabía lo que iba a venir después, y sabía cuál iba a ser mi papel. Sabía que es lo que quería hacer, aunque nunca lo había hecho desde que se convirtió en mi forma de vida.
Tenía mi oportunidad. Mi oportunidad de ayudar y proteger. Aunque tan solo fuese comportándome como un pilar en el que apoyarse. Un pilar fuerte y firme que aguantase hasta la peor de las mareas, sin importar las consecuencias ni lo que pensasen los demás. Creo, para mi satisfacción, que lo conseguí.  Me he hecho más fuerte, he conseguido evitar que las personas que me importan se hundan del todo, pero eso no es más que un pequeño hito en el largo camino de mi vida. Nunca pararé de buscar más fuerza, para que nada nunca pueda hacerme caer, ni a mí, ni a los que me acompañan en la vida.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Eterna disputa

Desde que tengo memoria, siempre ha habido en mi interior una cruenta batalla sin fin. El combate entre la razón y la acción. Conozco 3 tipos de personas. Los primeros, se dejan guiar todo el tiempo por sus impulsos. Por sus actos. No suelen pararse a pensar en las consecuencias, en si les hará daño tan siquiera a ellos mismos o si hacen bien. Tan solo sienten y actúan. Viven según les dicta el corazón, sin dar explicaciones a nadie y entregándose a los sentimientos. El segundo tipo de personas, son los que, aunque se dejan llevar muchas veces, valoran los pros y los contras antes de actuar. En ocasiones, a pesar de haber más razones de no hacer algo que de hacerlo, deciden optar por la vía del impulso, aunque sea por esas pocas razones que le llevan a intentarlo. Para mí, estos son admirables. Sienten y piensan, una combinación perfecta para una especie que carece de lo segundo en su gran mayoría.
Por desgracia, yo me considero del tercer tipo de personas. Los que sólo saben pensar (no me refiero a que me crea superior, más inteligente, ni mucho menos, esperad a terminar para comprenderlo ). Es más doloroso de lo que parece. Todo tu cuerpo te dice ¡Hazlo! Pero tu mente te dice ¡Ni se te ocurra! Valora siempre todas las opciones antes de actuar, decide en base a esas opciones, y a veces, aunque todas las opciones sean positivas, ¡tampoco te deja actuar! Así no se puede vivir tranquilo. Si hasta para la más nimia estupidez has de plantearte si está bien o no, si repercutirá de forma negativa a los demás o no, al final, acabas no haciendo nada en tu vida.  Todo son consecuencias, pegas, problemas. Y al final, no pierdes nada, porque nunca has ganado nada.
Sé que soy del tercer tipo. A veces, me siento orgulloso, pues al fin y al cabo, el pensar en las opciones hace que no suelas equivocarte, evitando dañar a mucha gente ( puesto que, si no actuas, ¿cómo vas a equivocarte?), pero, ¿de qué sirve no querer equivocarse y tanto pensar en los demás, si yo mismo no gano nada y así no me siento humano?

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Felicidad absurda


¿Qué es eso que llaman felicidad? ¿Tú la conoces? ¿La has vivido? Tal vez no sepas contestar. La felicidad no es para siempre, de hecho dura muy poco tiempo. ¿ Quien dice que es o no felicidad? Cada uno la siente a su manera. Yo, he sido feliz. Me he sentido en la cima del mundo, he sentido que tenía todo lo que una persona podía desear de la vida y que no existían problemas en mi vida, ni el más leve contratiempo. Absurda felicidad, por cierto. Siempre hay problemas, y todo lo que se tiene, siempre acaba perdiéndose. A veces me pregunto si es mejor haber sentido felicidad o no. Puesto que no es un estado permanente, una vez la sientes, piensas que jamás la volverás a alcanzar. Tu vida se vuelve mucho más gris, pierde todos sus matices. Se apaga el mundo para ti. Aquel que lo ha tenido todo, menos, le parece insuficiente.  Si no eres tú mismo, es el tiempo quien se encarga de llevárselo todo. Grandes frases épicas dicen que pueden llevarse todo menos "la esperanza", menos "el alma", la esencia de uno mismo. El tiempo se lleva todo eso y más. Y así, ¿sabes cuál es la verdadera felicidad? ¿la que de verdad habría de darse? Una que pudiera darse antes de morir. Poco antes de irte para siempre, poder hacerlo con una sonrisa, con una mirada alegre y diciendo: ¡Vaya! ¡Me despido siendo la persona más feliz!
Aunque puedas llegar a lo alto, nunca volverás siendo el mismo, siempre pensarás que hay algo que te falta y que olvidaste en el camino. El camino de la vida. Todo lo que pasa, queda escrito en el vacío, y no lo puedes recuperar jamás.

martes, 14 de diciembre de 2010

Nuevas metas

Un abanico de posibilidades que se abre ante mí. Con una historia entre mis manos, con ilusión y empeño, voy a empezar un largo, muy largo proceso que espero que algún día ( tal vez dentro de un año, tal vez dentro de más ) desenvoque en un gran sueño hecho realidad. Esfuerzo, paciencia, perserverancia, poco a poco en mi vida se van aclarando unas metas que a la larga se pueden conseguir, y que antes eran inexistentes. No hay satisfacción más grande que fijarse unos objetivos, y luchar por conseguirlos. Existen los objetivos alcanzables y los inalcanzables, por supuesto, pero es bueno tener de ambos. Los alcanzables, te darán grandes dosis de felicidad una vez llegues a ellos. Los inalcanzables, mantendrán la llama de tu vida encendida ya que sabes que tu vida aún no está completa y quieres algo con fervor, aunque nunca llegues a ese algo.

Y tú, ¿ tienes de ambos tipos de metas ?

lunes, 13 de diciembre de 2010

Inspiración

Hace mucho tiempo que, en mi interior, se esconde una gran ilusión. Un gran reto, publicar un libro. Siempre me he dedicado a hacer pequeños escritos de una o dos páginas como mucho, puesto que, crear una historia muy compleja y llena de personajes, diálogos y cientos de problemas, me parecía algo fuera de mi alcance. Tal vez, ahora, mi anhelo no esté tan lejos de cumplirse. La noche, el momento del día en que mi mente se libera, echa a volar, se siente relajada y comienza a soñar. Relajación, el estado en que, tumbado en la oscuridad, dispuesto a dormir y pasar una noche más, se convierte, desde hace muchos años ,en  mi momento de mayor inspiración. Muchas veces se me ocurren historias increíbles, algunas, imaginándolas escritas, otras, imaginándolas como una película. Pocas, muy pocas veces me he levantado de la cama para dejar constancia de mis pensamientos, de mis ideas, y se han perdido para siempre en el proceso del sueño. Sin embargo, anoche, ocurrió algo más. Lejos de lo que yo esperaba, apareció en mi mente una pequeña idea, un hilo muy fino de una historia. Curioso, comencé a estirar, buscando ver que había más allá. Cómo un huracán, vinieron a mi mente decenas de ideas, de hechos, un principio, un final, sentimientos, un objetivo. Mi corazón latió con fuerza. No era una historia medieval, no era una historia parecida a la de alguno de los libros que acostumbro a leer, no era fantasía épica, al contrario, era una historia completamente actual. De un salto, salí de la cama y me puse a escribir, a garabatear, flechas por aquí, espacios por allá, mi mente plasmaba la idea y más tarde la cambiaba de orden en busca de una cronología adecuada. Apareció en mi mente un objetivo claro. Qué quería  transmitir al lector. Aparecieron personajes, pequeñas historias paralelas, encuentros especiales, todo está plasmado sobre el papel. Cada vez que intentaba volverme a dormir, más cosas venían a mi mente.  Una vez pasado el éxtasis inicial, decidí dejarlo todo para más adelante. Conseguí calmarme y concienciarme de que tenía la idea, tenía las ganas, y que tenía el tiempo para hacerlo.
Desde hoy, me embarco en lo que es uno de mis mayores sueños ( de los que se pueden cumplir en una vida), y espero que, algún día, cuando termine los escritos ( puede pasar mucho tiempo ), pueda ver la luz en forma de libro encuadernado. Con que llegara a transmitirle a una sola persona todo lo que está en mi cabeza, mi sueño se haría realidad.

Con que alguien me leyera y se consiguiera emocionar, mi esfuerzo habría valido la pena.

Inspiración, cada noche, mi compañera de cama.

Pequeña reflexión, allá por principios del mes pasado

Y la tenue luz se tornó en oscuridad, en la oscuridad del vacío. Y el vacío, se tornó infinito.  La esperanza, agonía. Las risas, llantos. Los besos y caricias, vestigios de un pasado ya muy lejano.  Llegó el día, ese día marcado en un pequeño y triste calendario hace ya tiempo, mucho tiempo. Se veía venir, al fin y al cabo, estaba escrito en el diario de tu vida, estaba grabado a fuego en tu corazón. Todo cuanto escribiste, se hizo realidad. Estabas preparado para ello... o eso pensaste,  derramando pequeñas lágrimas de sal. Tan difícil es vivir, tan sencillo es morir, pero tan triste es pensar que no hay más después. ¿Por qué tantos recuerdos han desaparecer? ¿Por qué sólo tengo una oportunidad para vivir y hacer cada cosa?  Ahora todos esos principios que dije tener y nunca pude probar, de pronto se presentan ante mí. Ahora, toca olvidar, toca coger toda esta enorme confusión, todo este sinsentido, atarlo, y guardarlo para no dejarlo escapar.  Porque dije que yo sería capaz. Porque a pesar de que el mundo funciona de una manera, yo me empeño en funcionar de otra. A pesar de que la humanidad tiene unos principios nuevos y perversos, yo me empeño en conservar los antiguos y puramente humanos. Esa actitud, en una raza que necesita de una comunión con sus congéneres, solo puede causar dolor, malestar, dudas.  

domingo, 12 de diciembre de 2010

Presentación.

Os presento al tiempo. Curioso, ¿verdad? A veces, no te das cuenta de que está ahí. Pero te acompaña a todas partes, te persigue, dicta todas tus vivencias, tus decisiones. Puede parecerte lento, tan lento como una pluma que se balancea suavemente por el aire hacia la tierra. Rápido, tan rápido como una vida que se apaga de improviso, sin avisar. Pero el tiempo siempre es el mismo para todos. No puedes escapar de él, te cambia, te desgasta, te hace olvidar, hace que te olviden. Me niego. Yo quiero desafiarlo, ¡he decidido desafiarlo! Quiero no poder olvidar, quiero plantarle cara y ser inmortal, quiero ser una leyenda, quiero que no me olviden. Que algún día, algún desconocido hable de mí, que algún día digan : "¡Mirad, ese es el hombre que cambió el mundo!"  Que mi nombre esté en algún lugar, mis recuerdos, mi vida. Mi historia. Pues, ¿qué sería la vida sin un sueño?
Porque día a día contaré mis pensamientos, mi visión de ésta realidad que tan distorsionada es en comparación con la de los demás. Dejaré constancia, y le diré al mundo que un día existí, soñé, y viví una vida.