No he esperado más que a mi propia sombra todo este tiempo y
aún no me ha alcanzado. A veces la veo llorar a lo lejos, pero siempre está
varios metros alejada de mí. Se mueve al mismo tiempo, pues es mi sombra, pero
está más allá.
Esta madrugada, cuando el rocío empezó a helarse sobre las
hojas de los árboles, la vi bailar.
Niraed - Delirios ante la Puerta del Sueño
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