como un gusano entre tus tetas,
se forma la escarcha de la ausencia.
Los relámpagos de tu sexo
encontraron el pararrayos
lejos de las playas
que forman estos mares de deseos.
Me arranqué las entrañas
para no sentir mariposas
deshaciéndose en mi estomago
y escupí las lágrimas
que con su veneno quemaban
mis mejillas enrojecidas.
En las ruinas de este mundo
podrido y ausente de valores
abrimos los ojos
y sentimos los sabores
de mis labios en sus labios
y tus labios en la nada.
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