domingo, 9 de septiembre de 2012

Cosas

Subiendo las escaleras me encontré con tu recuerdo que salía por la puerta para ir a pasear.

-¿Dónde vas? Quédate conmigo - le dije.
- No tardaré, sólo salgo un momento. - me respondió.
 Siempre confiado, le creí y me engañó. Se marchó pero se dejó todas sus cosas en mi habitación.
Malditos sean los recuerdos -me dije -siempre juegan conmigo y se dejan todas sus cosas en mis sueños.
Y así es como noche a noche me intimida con sus ojos, me hace temblar con sus labios y me derrite con sus manos.  Tal vez no vuelva nunca, pero yo no puedo entrar en la habitación que construyó con sus "te quiero" y sacar todas sus cosas porque nací como departamento de objetos perdidos y me obligan a esperar a que su dueño los reclame.
Aún tengo sus manos aferradas a mi corazón.

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