Hace mucho tiempo que, en mi interior, se esconde una gran ilusión. Un gran reto, publicar un libro. Siempre me he dedicado a hacer pequeños escritos de una o dos páginas como mucho, puesto que, crear una historia muy compleja y llena de personajes, diálogos y cientos de problemas, me parecía algo fuera de mi alcance. Tal vez, ahora, mi anhelo no esté tan lejos de cumplirse. La noche, el momento del día en que mi mente se libera, echa a volar, se siente relajada y comienza a soñar. Relajación, el estado en que, tumbado en la oscuridad, dispuesto a dormir y pasar una noche más, se convierte, desde hace muchos años ,en mi momento de mayor inspiración. Muchas veces se me ocurren historias increíbles, algunas, imaginándolas escritas, otras, imaginándolas como una película. Pocas, muy pocas veces me he levantado de la cama para dejar constancia de mis pensamientos, de mis ideas, y se han perdido para siempre en el proceso del sueño. Sin embargo, anoche, ocurrió algo más. Lejos de lo que yo esperaba, apareció en mi mente una pequeña idea, un hilo muy fino de una historia. Curioso, comencé a estirar, buscando ver que había más allá. Cómo un huracán, vinieron a mi mente decenas de ideas, de hechos, un principio, un final, sentimientos, un objetivo. Mi corazón latió con fuerza. No era una historia medieval, no era una historia parecida a la de alguno de los libros que acostumbro a leer, no era fantasía épica, al contrario, era una historia completamente actual. De un salto, salí de la cama y me puse a escribir, a garabatear, flechas por aquí, espacios por allá, mi mente plasmaba la idea y más tarde la cambiaba de orden en busca de una cronología adecuada. Apareció en mi mente un objetivo claro. Qué quería transmitir al lector. Aparecieron personajes, pequeñas historias paralelas, encuentros especiales, todo está plasmado sobre el papel. Cada vez que intentaba volverme a dormir, más cosas venían a mi mente. Una vez pasado el éxtasis inicial, decidí dejarlo todo para más adelante. Conseguí calmarme y concienciarme de que tenía la idea, tenía las ganas, y que tenía el tiempo para hacerlo.
Desde hoy, me embarco en lo que es uno de mis mayores sueños ( de los que se pueden cumplir en una vida), y espero que, algún día, cuando termine los escritos ( puede pasar mucho tiempo ), pueda ver la luz en forma de libro encuadernado. Con que llegara a transmitirle a una sola persona todo lo que está en mi cabeza, mi sueño se haría realidad.
Con que alguien me leyera y se consiguiera emocionar, mi esfuerzo habría valido la pena.
Inspiración, cada noche, mi compañera de cama.
Con que alguien me leyera y se consiguiera emocionar, mi esfuerzo habría valido la pena.
Inspiración, cada noche, mi compañera de cama.
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