Desde que tengo memoria, siempre ha habido en mi interior una cruenta batalla sin fin. El combate entre la razón y la acción. Conozco 3 tipos de personas. Los primeros, se dejan guiar todo el tiempo por sus impulsos. Por sus actos. No suelen pararse a pensar en las consecuencias, en si les hará daño tan siquiera a ellos mismos o si hacen bien. Tan solo sienten y actúan. Viven según les dicta el corazón, sin dar explicaciones a nadie y entregándose a los sentimientos. El segundo tipo de personas, son los que, aunque se dejan llevar muchas veces, valoran los pros y los contras antes de actuar. En ocasiones, a pesar de haber más razones de no hacer algo que de hacerlo, deciden optar por la vía del impulso, aunque sea por esas pocas razones que le llevan a intentarlo. Para mí, estos son admirables. Sienten y piensan, una combinación perfecta para una especie que carece de lo segundo en su gran mayoría.
Por desgracia, yo me considero del tercer tipo de personas. Los que sólo saben pensar (no me refiero a que me crea superior, más inteligente, ni mucho menos, esperad a terminar para comprenderlo ). Es más doloroso de lo que parece. Todo tu cuerpo te dice ¡Hazlo! Pero tu mente te dice ¡Ni se te ocurra! Valora siempre todas las opciones antes de actuar, decide en base a esas opciones, y a veces, aunque todas las opciones sean positivas, ¡tampoco te deja actuar! Así no se puede vivir tranquilo. Si hasta para la más nimia estupidez has de plantearte si está bien o no, si repercutirá de forma negativa a los demás o no, al final, acabas no haciendo nada en tu vida. Todo son consecuencias, pegas, problemas. Y al final, no pierdes nada, porque nunca has ganado nada.
Sé que soy del tercer tipo. A veces, me siento orgulloso, pues al fin y al cabo, el pensar en las opciones hace que no suelas equivocarte, evitando dañar a mucha gente ( puesto que, si no actuas, ¿cómo vas a equivocarte?), pero, ¿de qué sirve no querer equivocarse y tanto pensar en los demás, si yo mismo no gano nada y así no me siento humano?
Yo creo que también soy del tercero para muchas cosas aunque del primero para otras. Los seres humanos somos extrañas combinaciones de momentos que nos hacen dar pasos o no para configurarnos como seres.
ResponderEliminarPero al final tienes razón, si eres de los que no arriesga... seguramente nunca ganes.